Héctor Zagal
(Profesor de la Facultad de Filosofía en la Universidad Panamericana)
Hoy conmemoramos el día internacional de los monumentos y sitios. Es una buena ocasión para mencionar el buen trabajo que la Secretaría de Cultura y la Cancillería han hecho en el extranjero para evitar que se vendan piezas arqueológicas robadas de nuestro país. Enhorabuena por los logros. Detengamos el saqueo de nuestro patrimonio cultural.
Sin embargo, así como defendemos lo del exterior así también debemos defender lo del interior. Los mexicanos tenemos la dicha de contar con un enorme patrimonio arqueológico, artístico y cultural. Debemos cuidar lo que ya está en nuestras manos, lo que no ha sido saqueado, pero necesita de cuidados expertos.
Muchas de nuestras ciudades son una maravilla, donde lo prehispánico, lo virreinal y lo decimonónico se entrelazan con la modernidad. La Catedral Metropolitana es deslumbrante y, el centro histórico en general, es más grande que los casos antiguos de ciudades como Toledo, Sevilla y Amberes.
Por fortuna muchas ciudades mexicanas cuidan bien sus patrimonios históricos. Conocí San Francisco de Campeche en 2017 y quedé gratamente sorprendido: limpia, restaurada, colorida. No es casualidad que tantos extranjeros estén comprando casas dentro de las murallas. Y bueno, a ello hay que sumar una cocina exquisita.
Desde el 2010 he sido un visitante asiduo de Morelia, la antigua Valladolid. El centro histórico de la ciudad fue rescatado desde hace años y, me parece, que es la ciudad mejor cuidada de México. La ciudad es un museo viviente, una ciudad estudiantil, con una vida nocturna vibrante.
El centro histórico de Querétaro, una ciudad donde repostaban las recuas que traían la plata de Guanajuato, San Luis Potosí y Zacatecas, es más pequeño, pero desde hace muchos, muchos años está limpio y bien restaurado. Su acueducto, como el de Morelia, es impresionante y emblemático.
De 18 años para acá, el centro histórico de Puebla luce también bastante bien. Puebla fue la segunda ciudad más importante de la Nueva España y creció gracias al cultivo de trigo y al comercio, dada su situación estratégica entre Veracruz y México.
¿Y qué me cuentan de Oaxaca? Es una ciudad fascinante.
En su momento, Zacatecas estuvo muy bien cuidada, pero padece el problema de la inseguridad. En efecto, la violencia y la inseguridad es un fantasma que se cierne sobre muchos poblados y ciudades de valor histórico y artístico.
Otro de los problemas es el desconocimiento de algunos de estos lugares. ¿Han ido a Acapulco? ¿Cuál es el lugar que más recuerdan de su viaje? Si respondieron que el Fuerte de San Diego, mi alma está un poco más tranquila. A pesar de que es un sitio que siempre me fascinó, la mayoría de la gente no lo conoce ni lo ha visitado. El fuerte fue construido para defender el puerto donde llegaba el galeón de Manila. Es una pena que se conozca tan poco este lugar y, para colmo, la inseguridad ronda la zona.
El patrimonio arqueológico, histórico y artístico de México es tan vasto que difícilmente el gobierno puede conservarlo o restaurarlo todo. No hay presupuesto que alcance. A veces, los particulares han destruido edificios de valor histórico, pero en muchas otras ocasiones son los particulares quienes los han conservado: hoteles, restaurantes, museos privados, escuelas. La política cultural, creo, debería apoyarse más en los particulares para preservar la multitud de monumentos y sitios de valor artístico y cultural de nuestro país. Quizá se podrían fortalecer los incentivos fiscales para que los propietarios de edificios de valor histórico los conserven de la mejor manera posible.
Y cuéntenme, ¿cuál es su sitio arqueológico o su monumento favorito en México?
Sapere aude!
@hzagal
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