La NASA lanza este lunes desde Florida, con destino a la Luna, al cohete más poderoso jamás construido para una misión de seis semanas en el espacio, frente a decenas de miles de espectadores.
Cincuenta años después del último vuelo de Apollo, la misión Artemis 1 marcará el lanzamiento del programa estadounidense para volver a la Luna, y que luego podría permitir ir a Marte a bordo de la misma nave.
La cápsula Orion, no tripulada, será puesta en órbita alrededor de la Luna para asegurarse de que es segura para los futuros astronautas, entre lo que figurará la primera mujer y a la primera persona negra en pisar la superficie lunar.
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«Esta misión lleva consigo los sueños y esperanzas de muchas personas», expresó el jefe de la NASA, Bill Nelson. «Ahora somos la generación Artemis».
El despegue está programado para las 08:33 hora local (12:33 GMT), desde la plataforma de lanzamiento 39B en el Centro Espacial Kennedy.
El pronóstico del clima es 80% favorable para cumplir a tiempo con el lanzamiento, cuya ventana de despegue es de dos horas.
Con 98 metros de altura, el cohete SLS de color naranja y blanco no podrá despegar si hay lluvia o tormentas eléctricas.
Desde la noche del domingo y hasta la madrugada del lunes, más de tres millones de litros de hidrógeno líquido y oxígeno abastecerán los tanques de combustible.
Quien dará la luz verde definitiva será Charlie Blackwell-Thompson, la primera mujer en dirigir un lanzamiento en la NASA.
Las mujeres representan el 30% de la fuerza laboral dentro de la sala de despegue, en contraste con el Apollo 11, donde participó solo una mujer.
Dos minutos después del lanzamiento, los propulsores regresarán a la Tierra para caer en el Atlántico. Ocho minutos después, el segmento principal se separará y aproximadamente una hora y media después, un último impulso enviará la cápsula rumbo a la Luna, adonde tardará varios días en arribar.
Se estima que asistirán al lanzamiento entre 100 mil y 200 mil personas, entre las que figura la vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris.
Récord de distancia
Aparte del clima, problemas técnicos podrían provocar a último minuto un aplazamiento del despegue por ser un vuelo de prueba, advirtieron miembros de la NASA.
De no producirse el lanzamiento, la siguiente fecha programada es el 2 de septiembre.
El objetivo principal de la misión es probar el escudo térmico de la cápsula, que a su regreso a la atmósfera terrestre a una velocidad de 40 mil km/h deber soportar un calor equivalente a la mitad de la temperatura del sol.
A bordo de la nave, en vez de astronautas, habrá maniquíes equipados con sensores para registrar las vibraciones y niveles de radiación.
Además se desplegarán microsatélites para estudiar la Luna o incluso asteroides, en tanto cámaras a bordo registrarán cada momento de la misión de 42 días.
La cápsula viajará 64.000 km más allá de la Luna, la mayor distancia que haya alcanzado una nave adaptada para acoger tripulación.
Un fracaso en la misión sería devastador para un cohete que costó 4.100 millones de dólares y que lleva varios años de retraso, pues el Congreso la había programado inicialmente para 2017.
Vivir en la Luna
«Lo que empezaremos con este lanzamiento del lunes no es una carrera de corto plazo, sino una maratón de largo aliento que acercar al sistema solar y más alla a nuestra esfera», dijo el administrador asociado de la NASA, Bhavya Lal.
La segunda misión, Artemis 2, llevará a astronautas a la Luna en 2024 sin llegar a alunizar, un honor reservado para quienes participen en la misión Artemis 3, que se contempla como mínimo para 2025.
Para esa fecha, la idea de la NASA es lanzar cerca de una misión cada año con el objetivo de establecer presencia humana y constante en la Luna, construir la estación espacial Gateway que orbite a su alrededor e instalar una base en la superficie lunar.
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En ese escenario la humanidad debería aprender a vivir en el espacio y probar la tecnología necesaria para un viaje de varios años de ida y vuelta a Marte, que podría cumplirse «a finales de la década de 2030», calcula Bill Nelson.
Antes del viaje a Marte, la ida a la Luna es una misión estratégica, dadas las ambiciones de naciones en competencia, particularmente China.
«Queremos ir al polo sur (de la Luna, ndlr), donde están los recursos», en especial agua en forma de hielo, dijo Nelson a la cadena NBC.
«No queremos que China vaya a ese lugar y diga ‘este es nuestro territorio’».
EAM