El exprimer ministro italiano Silvio Berlusconi, de 86 años, internado en la unidad de cuidados intensivos de un hospital de Milán, se encontraba estable el jueves, aunque según varias fuentes padecería leucemia.
Apodado el “inmortal” por su longevidad política, su urgente hospitalización la víspera suscitó mucha preocupación debido a su peso en la política, la economía y la sociedad italiana.
“Espero que tenga la fuerza de resistir este último golpe que tiene un nombre siniestro, leucemia”, adelantó el viceministro de Cultura, Vittorio Sgarbi, amigo de vieja data de Silvio Berlusconi.
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Con esas palabras alimentaba la noticia divulgada pocas horas antes por el Il Corriere della Sera, el mayor diario del país y considerado entre los mejores informados.
Por su parte, el portavoz de Berlusconi, Paolo Russo, aseguró que no estaba autorizado a dar información sobre el estado del líder de Forza Italia, aunque subrayó que el Corriere della Sera “es el diario más respetado de Italia”.
Ningún parte médico ha sido divulgado hasta ahora.
El magnate de los medios, elegido senador en los últimos comicios, tiene una salud frágil y en los últimos años ha tenido que entrar y salir varias veces del hospital.
El miércoles fue ingresado de urgencia en la unidad de cardiología del Hospital San Raffaele con problemas respiratorios y bajos niveles de oxígeno en la sangre.
El ministro de Relaciones Exteriores, Antonio Tajani, miembro de Forza Italia, dijo a la radio Rai Uno que habló con el médico del magnate.
“Me dijo que Silvio Berlusconi tuvo una noche tranquila, que su situación es estable”, afirmó.
Según la agencia de noticias Ansa, que cita fuentes de su entorno, el anciano líder italiano, famoso también por su vida disipada y sus líos judiciales, fue sometido el miércoles a un tratamiento de quimioterapia contra la leucemia.
Una salud frágil
Desde temprano, varios miembros de su familia, los únicos autorizados a verlo, acudieron este jueves al hospital, ubicado en las afueras de la capital lombarda.
Entre ellos figuraban su hermano, Paolo, su hija mayor, Marina y su hijo menor, Luigi.
A finales de marzo, el magnate pasó cuatro días en el mismo hospital, entre los más prestigiosos de la península, para someterse a una serie de controles y exámenes médicos.
“Regresé al trabajo (…) estoy dispuesto y decidido, como siempre, a comprometerme por el país que amo”, había escrito el viernes en las redes sociales.
El domingo publicó una foto sonriendo frente a un extenso campo de tulipanes en su lujosa villa en Arcore, en el norte de Italia.
Después de haber dominado la política italiana por décadas, el “Cavaliere” aparece ahora físicamente disminuido durante sus raras apariciones públicas.
La era marcada por sus famosas veladas eróticas al ritmo de “bunga bunga” con bellas jóvenes que aspiraban a ser estrellas, quedó atrás.
Aliado de la formación ultraderechista de la primera ministra Giorgia Meloni, su partido cuenta con menos del 10% de apoyo, según las encuestas.
“Le deseo sinceros y afectuosos deseos de una pronta recuperación”, escribió en un tuit Meloni.
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Berlusconi, que entró en política en 1994, fue primer ministro durante nueve años en total entre ese año y 2011, y dominó la política de su país durante dos décadas, a pesar de los escándalos sexuales y los juicios que empañaron su imagen.
LV
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